sábado, 28 de marzo de 2015

***Una taza de café***


Me gusta correr, tanto de forma textual como metafóricamente. El tiempo no alcanza para todo, eso me aterra… Vivo tratando de acelerar más y más, pero parece que hay un punto en el que resulta imposible, y siento que me estoy acercando. Voy a estrellarme. No me importa. No si logro ir aún más rápido. Quiero otra taza de café. 

Detesto estar estática… Bueno, no físicamente. Nosotros nunca estamos inmóviles. El corazón late, los ojos se mueven de forma rápida, imperceptible a veces; las placas tectónicas se deslizan; la tierra gira alrededor del sol y sobre su propio eje en una curva perfecta, y la galaxia entera se desplaza. Estar estático es imposible, la ilusión se genera en base al movimiento. Me refiero… me refiero a darle descansos a mi mente… Tengo que pensar en algo, tengo que almacenar y procesar tanta información… No sueño con saberlo todo; el conocimiento es infinito, como los números, y yo soy una pequeña hormiga. Sólo… quiero estar consiente. El agua está hirviendo y quema, pero se siente bien esa clase de dolor.

Al estar dormidos, nuestro cerebro funciona a una velocidad increíble. Cinco minutos se sienten como una hora... Sería perfecto. No me importa si lo que percibo existe o no para otros, si puedo verlo, olerlo, tocarlo, oírlo, saborearlo, sentirlo, es real para mí. El problema… el problema es despertar… Despertar y no recordar nada… No de forma consiente. De no ser así, no me importaría sacrifica mi cuerpo para dejarle más espacio a mi mente. Ahora tengo que conformarme con lo físico. Paseos nocturnos en motocicleta, sin casco, para sentir el viento en la cara; saltos en paracaídas; una botella de vodka para sentir como todo se mueve sólo, otra taza de café negro para mantenerme despierta… Todo eso no basta, pero aún no descubro la otra opción.

En teoría, un humano no puede pasar más de diez días sin dormir. El cuerpo no lo soporta. Yo llevo doce… Catorce tazas de café negro por hora bastan para hacerme sentir más viva que nunca. Disfruto las alucinaciones. Mis sentidos están al máximo. Taquicardia. Las polillas carcomen la madera, puedo oírlo muy claramente. Yo no como nada, no lo necesito. Mis manos tiemblan. Debería estar muerta, pero no lo estoy. Mi estómago arde. Necesito llegar un poco más al límite, otra taza.

Puedo ir más rápido, pero para eso necesito desprenderme. El cuerpo pesa demasiado, es un estorbo. Necesito subir de nivel. La única forma de ir más rápido es subir más. Entre mayor sea la altura, cuesta más no caer. Pero debo seguir subiendo. Quiero caer desde el punto más alto. Mis dientes castañean. Me muerdo la lengua, no puedo controlarlo. El sabor amargo del café se mezcla con el de mi sangre. Me gusta como sabe. En esta carrera, la única competidora soy yo. Tengo que ser más rápida que yo misma, o que mi otra yo.

El sonido que produce mi corazón ya no es un latido, es un zumbido. ¿Acaso eso es posible? No importa, yo estoy más allá de la realidad. Necesito otro sorbo para ir aún más lejos. Seguir subiendo. Sé que caeré. Quiero caer. Pero aún no. Ya falta poco. Aún no. Será después de las convulsiones. Debo seguir tragando, no importa la espuma de mi boca, no importa que mis manos ya no respondan. Falta poco. Estoy cerca. Tan cerca. Otra taza, no importa que no pueda sostenerla.

Un paso más.

Estoy en la cima.

Es tiempo de caer.

Ni una taza más.

2 comentarios:

  1. Esto:
    "Vivo tratando de acelerar más y más, pero parece que hay un punto en el que resulta imposible, y siento que me estoy acercando."
    <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Primer comentario... Siento el impulso de dar gritos y saltos de la emoción...

      Eliminar